¡No miren arriba! Miren su vinera

Vinos para la última cena en la Tierra.
Por: Wendy Zambrano

En este punto entre las Fiestas y el autoconfinamiento por los masivos contagios de #COVID19 seguro que mucha gente ya ha completado (con mayor o menor éxito) el visionado del último hit de @Netflix_es “Don’t Look Up”.

Como lo que nos compete es el vino, no vamos a entrar a jugar a ser Carlos Boyero, ni activista, ni nada que se le parezca. Solo queremos hablar de una secuencia en particular que nos marcó mucho. (Contiene #spoilers, sí el mundo se acaba).

Y es aquella en la que los protagonistas sienten una especie de impulso por improvisar lo que sería una última cena antes de que el mundo se acabe. Nos emocionó porque de verdad creo que muchos de nosotros, amantes del buen comer y buen beber habríamos hecho exactamente lo mismo. Que el fin del mundo nos pille bien comidos y bien felices, bien envinados, bien enchampañados 😁.

Las penas son menos penas con una copa de buen vino y un plato perfectamente acoplado a juego. Y así mismo las alegrías se sienten más intensamente con la barriga llena. En definitiva el buen comer y el buen es un catalizador de emociones y como el día del Apocalisis es un día lleno de sentimientos dispares pues qué mejor que modular todo con buenas copas. 

Entonces si el fin del mundo nos encuentra aquí en Ecuador y tuviéramos un par de semanas para organizar lo que sería la última cena de mi vida, ¿Qué vinos serviría? Ya que el fin de la existencia es inminente, no es necesario escatimar en gastos, ya no hay que ahorrar ni rendir cuentas, el momento es ahora. El poco o mucho dinero que tenga lo gastaríamos en esa cena. Con esa hipótesis lanzamos estas ideas de vinos para morir de gusto ese último día en la Tierra y que se pueden conseguir en Ecuador. Sin darle muchas vueltas la lista se vería mas o menos así:

Champagne Billecart Salmon (parece que pronto lo tendremos por aquí en Ecuador), Delamotte Blanc de Blancs o Charles Heidseick, una de cada una.. o por qué una caja de cada 🤣 para empezar a calentar motores nada más.

El Chablis 1er cru de Charly Nicolle, el tan especial verdejo segoviano Ossian, , el increíble biodinámico francés L’Insolite del gran
Thierry Germain para los maridajes con vinos blancos de entradas y abrebocas con mariscos finos.

Nos gustaría seguir con los platos fuertes regados con Barolo de Vajra, Chateau Massereau Graves, Altos las Hormigas Gualtallari,  Chianti Riserva Poggiotondo, De Martino Las Cruces, Zuccardi Z o Rioja Alta 904 como posibles tintos

Y qu´é tal un whisky Tullibardine ex Sauternes Cask igual para terminar o volver a empezar …

Y ¿ustedes? ¿Qué se tomarían? Claro, algunos tenemos algún tesorillo por ahí guardado para una ocasión especial y esta sin duda merece la pena. Pero para la apocalipsis habrá que abastecerse 😉

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