La Cité du Vin: Un templo consagrado al vino

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L’Attitude Wine visitó esta meca del vino para vivir la experiencia La Cité du Vin
El imponente edificio que alberga el museo "La Cité du Vin"

El imponente edificio que alberga el museo “La Cité du Vin”

Burdeos es sinónimo de vino, de eso no hay duda. La ciudad gira en torno a esta cultura desde hace siglos y eso se nota en cada bar o restaurante de sus calles y plazas y sobre todo en la manera de abordar la gastronomía y el disfrute de esta bebida.
Sin embargo el Gobierno local, regional y nacional (con el apoyo de actores del sector)  han querido ir más allá y apostar por encumbrar a esta ciudad  como centro indiscutible para el aprendizaje y el acercamiento a  la cultura del vino.  De ahí nace la idea de la creación de este Museo (no parque temático) ubicado en las orillas del Río Garona: La Cité du Vin. Su imponente arquitectura es catalogada por los expertos como una obra maestra de la arquitectura moderna. Las formas sinuosas del edificio que evocan la viña, el río, el vino, dan la bienvenida a los visitantes.
La segunda planta alberga la exposición permanente

La segunda planta alberga la exposición permanente

La exposición permanente 

Cuando hablamos de la cultura vitivinícola hablamos de un rasgo común de la idiosincracia de países tan distantes como Nueva Zelanda o Sudáfrica.   Tal vez por eso el recorrido por la exposición permanente de la Ciudad del Vino inicia con “Viaje a los viñedos del mundo”. Un visionado de piezas audiovisuales en enormes pantallas dispuestas en cuatro ángulos donde los visitantes hacen un sobre vuelo virtual por todas las zonas vinícolas del mundo.   Se percibe una vocación de pluralidad y diversidad en este proyecto desde los primeros momentos de la visita. Los vídeos no ponen un especial énfasis en Francia si no más bien en dar a entender al espectador que eso del vino no es exclusividad de los franceses.   De hecho el slogan de La Cité du Vin es “un mundo de culturas”.
El segundo piso, donde se encuentra la exposición permanente, alberga un sinnúmero de estaciones interactivas donde se puede aprender prácticamente TODO sobre el vino, poniendo especial énfasis en la historia y la relación entre el vino y diversos aspectos multidisciplinares como el arte, la publicidad, la política, el comercio, la geografìa y las civilizaciones que han abrazado esta bebida como parte de su ADN.
Una de las principales bazas del museo es la utilización de tecnología de punta de la mano de diseño, funcionalidad y creatividad.

Una de las principales bazas del museo es la utilización de tecnología de punta de la mano de diseño, funcionalidad y creatividad.

Última tecnología al servicio de la educación sobre el vino 

Un dispositivo de pantalla táctil sincronizado con las pantallas y demás gadgets acompañan al visitante brindándole toda la información sobre lo que se está visitando y experimentando. La interactividad es una de las principales bazas de este museo donde el espectador es también un protagonista.    El caracter digital e informático definitivamente no está reñido con el arte y el buen gusto en la Ciudad del Vino.    Los curadores han tirado de creatividad para captar la atención de todos los visitantes. “El Muro de las tendencias” es un ejemplo de ello, se trata de botellas con objetos dentro que simbolizan el tema a tratar, al sincronizar la audioguía se puede escuchar la explicación y el sentido a la pequeña obra de arte que se está apreciando.
Los ingleses y el champagne
Dentro de las cientos de anécdotas y hechos relacionados con el vino sobre las que uno puede aprender en  La Cité de Vin, llama la atención cómo los ingleses influyen en la popularización de esta bebida tan especial.  Nos cuentan que el consumo de este precioso accidente nunca se habría popularizado sin la ayuda de los londinenses más “noveleros” quienes siempre querían estar a la última en la degustación de tés, cafés, chocolates, etc. es decir de todo aquello que ellos no producían.   Fueron, según este Museo, los ingleses quienes empezaron a demandar tanto el producto que empezó a escasear con la consecuente subida de precios y posterior legislación sobre su elaboración.
La mesa de los terroirs
Para aquellos interesados en la elaboración del vino actualmente, tienen una estación denominada “La Mesa de los Terroirs”. Mediante la tecnología se puede tener una especie de conversación con los productores más representivos de las zonas más destacadas del mundo. Así, con el sonido de la naturaleza de fondo y efectos visuales uno se adentra junto al productor a su terroir y conoce de primera mano todo sobre la producción de su vino ya sea éste un Reisling, un Shiraz, o un Pinot Noir. Por cierto, pudimos tener un encuentro virtual con el Sr. Zuccardi.
El Buffete de los sentidos

El Buffete de los sentidos

El buffete de los 5 sentidos

El olor a lápices recién afilados, la miel recién recogida, una flor, un trozo de mantequilla, y decenas de aromas, se encuentran encerrados en burbujas de cristal para que el visitante active su sentido del olfato y se prepare para la degustación de una copa de vino incluida en la entrada.
Degustación y vistas incomparables
Tras más de dos horas de caminata por los diferentes espacios de la Cité du Vin, el visitante podrá subir a la sala panorámica  de degustación para probar vinos de todas las regiones del mundo. Nosotros optamos por las rarezas y probamos un vino chino y uno belga.  El chino sin duda nos sorprendió por su potencia, estilo bordelés y claro, su procedencia.
La Cité de Vin cuenta con otras prestaciones como cava, Wine Bar, terraza, restaurante, servicio de consigna, auditorios, salas de eventos, wine tours, etc.
¿Cómo llegar?
Burdeos es una ciudad portuaria del sudoeste de Francia, capital de la región de Aquitania y la prefectura del departamento de Gironda. Con una población de 239 157 habitantes en la ciudad y 719 489 en la Communauté urbaine de Bordeaux, es la ciudad más importante de Francia, después de París, Marsella, Lyon y Toulouse.
Iberia y  KLM, ofrecen vuelos desde Guayaquil con escalas en Madrid y Amsterdam respectivamente.  Desde Irún (punto fronterizo con España) se llega por la autopista A63 en 2h30.
La Cité du Vin está comunicada con una estación de Tranvía (La Cité du Vin) del sistema de transporte público de Burdeos.  Se requiere realizar la compra de la entrada con antelación definiendo fecha y hora de la visita.  Costo de la entrada:  Desde 20 Euros.

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