Parejas perfectas

Se acerca el Día de San Valentín y como en toda fiesta no debe faltar la buena comida y bebida para celebrar lo que les parezca a ustedes más conveniente: tener amigos, pareja, estar enamorado “de la vida” o lo que sea. El asunto aquí es poner el cinismo a un lado y dejarse contagiar por lo festivo. ¿Por qué no?

Así que si de emparejamientos y amor hablamos no encuentro mejor metáfora de San Valentín que las relaciones que se dan entre el vino y la comida. Así que en un ejercicio pedagógico y alusivo a la fecha del amor vamos con una lista de vinos y su actitud frente al emparejamiento (maridaje).

🍷El solitario: Generalmente se trata de un ejemplar muy interesante, con recursos para conquistar paladares. Cuenta con la complejidad suficiente (pero no demasiada) para aguantar un par de horas de buena conversación. Si bien es cierto la dupla come-bebe es muy popular. Hay vinos que se pueden beber solos, sin acompañamiento; pero eso sí en compañía. Piensen en un vino para contemplar un atardecer con su pareja en la playa. Un rosé de Syrah, por ejemplo. O una charla entre amigos, después del trabajo, en un sitio con temperatura agradable (estos días en Guayaquil eso es indoors y con climatización). Un Carmenere chileno con buena acidez y que invite servirse otra copa.

El tip: Recordemos que pensar en maridaje es pensar también en el contexto y lugar donde se bebe el vino.

🍷El que busca lo picante 😈🌶: No es tarea facil armonizar lo picante.
Tanto en el amor como en el vino es importante ser cauteloso con el fuego de la pasión y la chispa del primer encuentro. Un exceso de fuego (acohol) y la chispa (picante en la comida) puede terminar por quemarnos (el paladar). A la larga terminaría siendo una experiencia muy poco placentera. El truco es añadir un toque de dulzura y ternura a esta pareja.

El tip: Reisling y Gewürztraminer son ideales para estos menesteres. Para los más atrevidos recomendamos un vino de Jerez, tipos Pale Cream o un Medium por ejemplo, que aportarán un toque dulce a este matrimonio vino y comida picante.

🍷El necesitado: Hay vinos que piden a gritos beberse con una buena comida. Incluso unos que nada más con dar el primer sorbo ya estamos salivando al imaginar su maridaje con un buen corte de carne. Son vinos que nacieron para estar acompañados, es complicado beberlos solos. Tal vez su grado de complejidad o tal vez sus mismos matices en paladar nos recuerdan ciertos alimentos y nos provocan maridarlos sí o sí. Suele ocurrir con vinos tánicos, intensos, opulentos, de mucho cuerpo, especiados..

El tip: un buen corte de res con cierta cantidad de grasa marida muy bien con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, algunos Carmenere. Si tiene algún toque leve de pimienta tal vez case con un Syrah.

🍷El festivo: Sencillos de beber, que gustan a todos. Su presencia es sinónimo de fiesta y su descorche significa que empieza la diversión. Espumantes, algunos blancos y tintos jovenes podrían entrar en esta categoría donde es indispensable gustar a todo el mundo.

El tip: En reuniones sociales donde se va a servir piqueos como sushi u otros mariscos en dips viene bien un Cava, un Chardonnay, Viognier o Torrontés.

🍷El rarito: Hablemos aquí de los vinos naturales, que suelen tener un espectro gustativo muy distinto. Son entrañablemente extraños y creemos que maridan bien con sus pares en los fogones. Comida vegana, raw food, fermentados tipo kimchi, chucrut.. Dios los cría y ellos se juntan 🤷‍♂️

El tip: El maridaje por afinidad suele ser más sencillo de plantear y nos garantiza cierto éxito cuando somos principiantes.

En fin, como en toda fiesta les deseamos que coman, beban y amen bien. Nosotros amamos el vino y eso es lo que haremos el 14 de febrero.. abrir botellas y disfrutar. ¡Salud!

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