Ama el vino

El otro día entré a una gasolinera para abastercerme de combustible. Era un día caluroso como muchos en esta ciudad, el humo contaminante de otros vehículos y el fuerte olor a gasolina entraban por mi ventanilla cuando de pronto, entre todo ese apocalíptico panorama sensorial, veo una botella de vino. ¿Una botella de vino?. Sí, una botella de vino justo a lado del surtidor de gasolina en las estanterías donde se promocionan las botellas de agua, leche chocolatada y demás.

*suspiro* A ver.. no me desagrada ver vino a la venta, eso es un indicador de que esta noble bebida es cada vez más apreciada en esta ciudad. Hay mucha gente que ama el vino.

No obstante, amar algo es también cuidarlo y respetarlo.

La presencia de vino en un exhibidor ubicado junto a un surtidor de gasolina incumple de manera flagrante casi todas las normas de conservación de vino. Que a saber son: ambiente libre de olores fuertes, a la sombra, temperatura (entre 12 y 14 grados) y humedad constante.

No quiero sonar como un fundamentalista del vino pero si queremos disfrutarlo debemos poner mucho cuidado en su conservación.

Y ustedes dirán “pero qué más da si es un vino malo”, yo les diría que con mayor razón hay que prestar atención, no querremos ofrecerle a alguien un vino malo y encima en mal estado.

Esta Navidad tome nota de los tips de conservación cuando obsequie o sea usted agazajado con botellas de vino. Disfrutará de mejor manera la experiencia de degustación.

Les confieso que algo muere dentro de mi cuando entro a una cocina y veo que es el sitio elegido para “guardar” el vino. Por piedad y por amor al vino, NO LO HAGA.

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